martes, 17 de junio de 2008

Obturador central

El obturador de las cámaras fotográficas tiene por objeto dar paso libre hasta la película a los rayos luminosos durante un espacio de tiempo que se pueda regular. Los obturadores centrales suelen estar situados entre las lentes del objetivo, en el mismo plano en que se halla el diafragma; en casos especiales se disponen también directamente detrás del objetivo.







Figura 26.1 Movimiento de un sector de obturador

El obturador central funciona haciendo girar alrededor de puntos fijos una serie de finas láminas de acero denominadas laminillas o sectores (en general 5), las cuales desenvolviéndose gradualmente a partir del eje óptico (es decir, del centro) abren así el orificio de la cámara; después de transcurrido el tiempo de exposición, los sectores vuelven a cerrar el orificio recogiéndose hacia el centro. La energía necesaria para accionar el obturador se almacena antes de hacer la foto tensando un resorte que suele estar acoplado a la palanca de transporte que mueve la película (obturadores de resorte); los obturadores automáticos sencillos (de 1/30 a 1/125 s aprox.) se cargan en cambio oprimiendo el propio disparador del aparato. Las figuras 26.1 a a 26.1 d muestran de forma simplificada (para un solo sector) el desarrollo del proceso. En la figura 26.1 a el obturador está todavía cerrado. A continuación el trinquete de accionamiento gira en el sentido de la flecha (figura 26.1 b ) y actuando sobre la espiga de apertura, hace girar el anillo de sectores en sentido contrario a las agujas del reloj; dicho anillo lleva a su vez otras espigas alojadas en las ranuras de las láminas, que hacen girar éstas sobre sus ejes respectivos. En la figura 26.1 c el obturador está abierto por completo; para impedir que el trinquete pueda proseguir su rotación, existe un dispositivo de bloqueo compuesto por un mecanismo de relojería cuya áncora oscilante regula el movimiento de las ruedas dentadas que tiene el mecanismo. Una vez transcurrido el tiempo de exposición (hasta 1 s) y descargado con ello el mecanismo de relojería citado anteriormente, el trinquete vuelve a proseguir su rotación en el mismo sentido un diente de arrastre situado en él presiona ahora contra la espiga superior de cierre que lleva el anillo de sectores, y obligando a éste a girar en sentido contrario, hace que los sectores se vuelvan a cerrar.





Figura 26.2 Diagrama "flujo luminoso-tiempo" de un obturador central Los procesos de cierre y apertura duran por sí solos unas 2 ms cada uno (es decir, 2/1000 s; figura 26.2 a ); durante este tiempo penetra a través del objetivo tanta luz como lo haría en 1 ms si el obturador estuviera abierto por completo. Por lo tanto, el tiempo de apertura regulado por el mecanismo de bloqueo es prácticamente unas 2 ms más corto que el tiempo de exposición puesto en la máquina. Cuando se emplean tiempos de exposición muy cortos (del orden de 1/500 s; figura 26.2 b ) este mecanismo está desconectado y un resorte auxiliar acelera entonces el proceso. Cuando se trabaja con disparador automático, al disparar se pone primero en marcha el mecanismo retardador y éste acciona después al cabo de 5 a 10 s la rotación de los sectores. Si se desean hacer fotos con flash, el destello de éste ha de estar sincronizado con la apertura del obturador. La mayor parte de los obturadores poseen el llamado contacto X, que da el contacto al alcanzarse la máxima abertura (para flash electrónico). Los obturadores totalmente sincronizados tienen, además, un contacto M auxiliar que hace encender la lámpara con 16 ms de adelanto, a fin de lograr que cuando se trabaja con flash de bombilla, el destello algo más lento que da éste alcance ya su máximo flujo luminoso antes de que empiece a, abrirse el orificio.







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